El Papa Francisco, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y Jefe del Estado de la Ciu­dad del Vaticano, llegará a Cuba el sábado 19 de septiembre para dar inicio a la visita apostólica a ese país, la cual se extenderá hasta el 22 de septiembre.

Su  Santidad realizará una visita de cortesía al Presidente, Raúl Castro Ruz, y cum­plirá un programa de actividades pastorales en La Habana, Holguín y Santiago de Cuba.

Y ya lastimosamente esta visita ha sido bastante criticada. El que la agenda del pontífice no incluya encuentros con dirigentes opositores provocó amargas críticas de los disidentes, que sienten que no están siendo apoyados por una institución que debería ser un aliado en su búsqueda de los cambios pluripartidistas o del modelo político en Cuba que ellos buscan.

Observadores papales indicaron, además, que es probable que Francisco reitere ante el pueblo cubano sus ideas sobre la libertad de expresión y asociación, pero evitando alinearse con la oposición para tomar posiciones demasiado políticas que puedan afectar la posición de la iglesia como mediadora neutral.

Se trata de una visita de gran simbolismo por el papel del pontífice en el proceso de acercamiento entre Cuba y EE.UU., que después de más de cinco décadas de enemistad restablecieron sus relaciones diplomáticas el pasado 20 de julio.

El papa comenzará su visita en La Habana, donde el próximo domingo oficiará una misa multitudinaria en la Plaza de la Revolución, se reunirá con el presidente cubano, Raúl Castro, y mantendrá encuentros con religiosos y jóvenes.