Tango feroz

El retorno de la Kirchner puede tener graves repercusiones para Colombia.

Por Paola Ochoa

Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. Y eso es lo que está a punto de pasar en Argentina con el regreso al poder de los kirchneristas. Un escenario cada vez más probable, que tiene grandes implicaciones para América Latina y, en particular, para Colombia, que ya tiene suficientes problemas encima como para tener que lidiar, además, con los descalabros de otras naciones vecinas.

Pero vamos por partes, porque se trata de una gran pesadilla. Hoy, Argentina acumula una escandalosa devaluación del 50 % en el último año, y carga con una tenebrosa inflación del 56 %, a mayo. Las corridas contra el peso argentino se han acelerado en los últimos meses y el desempleo está en el mayor nivel de los últimos trece años, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Lo primero que está en juego es la reputación del Fondo Monetario Internacional, el prestamista de última instancia para Argentina. El FMI está sobrejugado en el país austral, con el salvataje más grande de toda la historia mundial: 56.000 millones de dólares en préstamos al banco central gaucho. El 44 % de las acreencias del Fondo ya están en manos argentinas y aún falta desembolsar otro tercio del crédito al país austral.

Van en total 22 acuerdos entre el Fondo y Argentina en los últimos 60 años, y todos han terminado mal. Empezando por el del año 2001, el cual terminó en un incumplimiento de la deuda y en una profunda recesión que derivó en un tsunami de desconfianza en toda Latinoamérica. Incluida Colombia, que llegó al borde del impago en el primer año del gobierno Uribe y padeció una megadevaluación del peso colombiano, que pasó de los 2.200 a los 3.000 pesos en menos de lo que canta un gallo.

Y esta vez podría pasar exactamente lo mismo. Porque si gana nuevamente la Kirchner —tal como lo indica el desplome en la popularidad de Macri, que parece no tocar fondo y que podría malograr su reelección—, entonces, lo que se viene para Argentina y para el resto de América Latina es una película de terror.

Para comenzar, porque si vuelve Cristina, arreciará la especulación contra el peso argentino, que ya es el más devaluado entre todas las economías emergentes del mundo, en el último año. Una película que ya vimos en 2001, cuando varios millonarios argentinos especularon contra dicha moneda y sacaron 8.000 millones de dólares de préstamos del Fondo Monetario antes del incumplimiento de pagos.

Eso permitió que unas minorías superinformadas y superconectadas se enriquecieran de forma totalmente desproporcionada, pero a costillas del pueblo y del Estado argentino, que acabaron quebrados y pagando los platos rotos durante los últimos 20 años de quiebras y sobresaltos.

Pero si vuelve Cristina, entonces, vuelve el despilfarro al país suramericano. Ese derroche del que hizo gala el kirchnerismo durante doce años de gobierno y que dejó, entre otras curiosidades, una deuda de 400 millones de dólares en llamadas de teléfono.

Justamente, uno de los mayores logros de Macri ha sido bajar el gasto público a punta de recortar lujos, tijeretear subsidios, podar clientelas y acabar con prebendas absurdas. Pero todo a expensas de un doloroso aumento en los índices de pobreza, razón por la cual los pobres argentinos lo detestan.

Pero si regresa Cristina, todos esos gastos van a revivir nuevamente en la Argentina del 2020. Y en el proceso de feriarse millones, también aprovechará para enriquecerse de contragolpe. Acordémonos que la fortuna de Cristina Kirchner se estima hoy en más de 200 millones de dólares, en cabeza de sus tres testaferros de gran renombre: Lázaro Báez, un excajero de banco; Osvaldo Sanfelice, poderoso contratista público que acaba de comprarse el gran hotel Waldorf en Buenos Aires, y Cristóbal López, empresario argentino con varios escándalos de corrupción y fraudes.

Pero el punto es que si gana Cristina, arrasa consigo varias cosas en el horizonte. En primer lugar, se lleva por delante la carrera de la francesa Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional y candidata a dirigir el Banco Central Europeo, además de estar en el pelotón de futuros presidenciables de Francia. Otro impago de Argentina y su reputación queda por el piso. Y no tanto por ingenua, sino por su incapacidad para percibir las realidades políticas por encima de unas dogmáticas reglas fiscales y financieras.

Si gana Cristina en Argentina, se lleva por delante a los principales mercados emergentes de la faz de la tierra. Empezando por su vecino Brasil, siguiendo por Turquía y terminando por Colombia. Todos con una parada súbita de capitales extranjeros y con una corrida en contra de sus respectivas monedas. Y ahí sí veríamos al dólar sobrepasando los 4.000 pesos colombianos, con los efectos colaterales sobre las débiles finanzas del Gobierno, que quedarían desnudas ante el escrutinio internacional de ese momento.

Si gana Cristina, se van a fortalecer nuevamente los círculos de amistad de Argentina con el régimen chavista en Venezuela, con Evo Morales en Bolivia, con Daniel Ortega en Nicaragua y con los Castro en Cuba. Cuatro nefastos regímenes que delinquen en llave y que han montado esquemas internacionales para el lavado de dinero, como recientemente ilustraron en Estados Unidos los investigadores del Institute for National Strategic Studies.

Y si gana Cristina en Argentina, entonces, le da un respiro de vida a Nicolás Maduro. Y ese sería otro golpe mortal para Colombia, que tendrá que seguir absorbiendo por varios años más la ya asfixiante oleada de migrantes venezolanos.

PAOLA OCHOA
En Twitter: @PaolaOchoaAmaya

 

Publicado en El Tiempo – 07 de julio 2019

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