Las obras 4 G que arrancaron pero pueden no terminar

Por: Santiago Castro

Con bombos y platillos el gobierno nacional anunció en su momento las obras de cuarta generación, que sacarían a Colombia del pantano en el que se encuentra en materia de infraestructura. El Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, entre otros, insisten en que Colombia es uno de los países más atrasados en esta materia, por lo que los anuncios del gobierno y la primera ola de obras 4 G, fueron recibidos con gran entusiasmo y presentados como la salida para que el país despegue. Por eso, la reciente advertencia de Simón Gaviria, Director del Departamento Nacional de Planeación, en foro organizado por ANIF, con relación al cierre financiero de las obras 4 G, dejó a varios preocupados y con un sinúmero de preguntas. Si bien insiste en que los recursos por parte del Estado están garantizados, hay una gran inquietud con relación a los recursos con los que realmente cuenta el gobierno, pues Gaviria le pidió a la Financiera de Desarrollo Nacional el diseño de productos a largo plazo que garanticen liquidez.

Gaviria expresó que aunque la situación aún no es grave y que no hay que alarmarse, sí hay que revisar con atención los cierres financieros. No podemos olvidar que una cosa es un compromiso y otra muy diferente un desembolso. Este último puede no darse si la situación económica del país y las garantías cambian. Estuvimos indagando al respecto y varios expertos concuerdan en tres asuntos puntuales: 1) las perspectivas económicas iniciales no se han cumplido y eso hace que en el sistema financiero se empiece a alterar la interacción inicial que giraba en torno a la confianza para la inversión, 2) el otorgamiento de licencias ambientales cada vez es menos seguro y lo que se tiene claro hoy mañana ya no lo es, 3) sin haber iniciado las obras ya empiezan algunas reclamaciones entre las partes y eso hace que los desembolsos se retengan.

Son más de 40 concesiones que incluyen las más versadas fórmulas para su desarrollo, pero como en todo, si no se giran los recursos a tiempo, el anuncio de la obra puede ser lo único que vea la luz del día. Problemas con la explotación de canteras, consultas con las comunidades afectadas por una obra, nuevas exigencias del terreno que no estaban previstas, demoras en la respuesta a solicitudes puntuales por parte de los ejecutores, entre algunos otros asuntos, también tienen en vilo la confianza que se requiere para que los recursos fluyan sin contratiempos.

A lo anterior, agregémosle que hoy por hoy ya nadie sabe qué va a pasar en las regiones históricamente afectadas por el conflicto y si en algún momento los grupos armados aumentarán sus exigencias y extorsiones a los concesionarios, como ya lo han hecho en el pasado. Vale la pena hacer un cruce entre la penetración de las obras 4 G y las expectativas de estabilidad en materia de seguridad que el gobierno espera como resultado de la actual negociación, y como decíamos esta mañana, revisar lo que está pasando con las comunidades que se movilizan en contra de los nuevos proyectos.

Lo cierto es que el plan de las obras de cuarta generación requiere más de 30 billones de pesos y hasta el momento, según Gaviria, solo uno ha logrado los desembolsos completos, los demás seguirán en veremos. Mucho me temo que el gobierno termine alegando que no gira porque el cierre financiero no se logró. Debemos reconocer sí que las vallas anunciando las obras están ubicadas estratégicamente y hacen que se genere en quien las ve una sensación de que Colombia va por buen camino, aunque el camino aún sea de herradura.

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