Hace noticia en La Hora de la Verdad, Samuel Hoyos, representante a la Cámara por el Centro Democrático, quien habló sobre la corrupción en las Cortes y la reforma a la Justicia.

Hoyos expresó que lo que está pasando es una vergüenza y que ya desde el 2015 están haciendo varias denuncias al respecto, especialmente cuando se supo que el ex fiscal Eduardo Montealegre les daba cargos de magistrados a sus familiares.

El representante también afirmó que ha pedido que se revisen  todos los casos que fueron manejados por el ex fiscal Luis Gustavo Moreno, a quien pusieron en la sala de acusaciones para que interfiriera en todos los procesos en contra del ex fiscal general Eduardo Montealegre.

Recalcó que actualmente lo que hay en Colombia es una crisis de la justicia, y no solo se trata de Francisco Ricaurte, sino también el ex magistrado Leonidas Bustos, además dijo que es importante saber si FARC sobornó a Bustos para desestimar los computadores de Raúl Reyes como una prueba y por eso Colombia no conoce el contenido de esos computadores.

Agregó que no es cierto que el magistrado Gustavo Malo no tenga nada que ver con Leónidas Bustos, además el Gobierno se benefició de toda esta red de corrupción: las Altas Cortes aprobaron todos los fallos que le beneficiaban y puso magistrados como quiso, ahora que no le sirve,  el gobierno Santos quiere reformar la justicia.

Hoyos también explicó que Eduardo Montealegre tiene actualmente negocios con el Estado, y Francisco Ricaurte tiene contratos con el Gobierno por más de 700 millones de pesos. También hizo referencia a la burocracia que ha aumentado con Santos; hay más de 250.000 funcionarios por prestación de servicios, hay más de 20.000 nuevos puestos en las entidades del Estado

En cuanto a la reforma política, dijo que la quieren hacer por un referendo ocho días antes de las elecciones parlamentarias para crear una confusión entre los votantes. Expresó que el próximo presidente, que espera sea del Centro Democrático, debe revisar todos estos aspectos. Agregó que los dirigentes de la izquierda y las FARC no pueden ahora lavarse las manos porque siempre han sido cómplices de todo lo que está pasando.