QUE MINISTRO TAN AVISPADO

Por: Fernando Londoño Hoyos

Según cree su jefe, el señor Santos, el Ministro Reyes es de sobra avispado. Tanto que ha resuelto postularlo en terna para Fiscal General de la Nación. A nosotros nos ha parecido un fiasco fenomenal, uno de esos Pachecos que andan con frecuencia por el mundo. (Hablamos del Pacheco de Eca de Queiroz, de aquel que se fue a la tumba con fama de ser el mayor talento que tuvo Portugal. Y cuando alguien quiso saber por qué tanto talento, descubrió que todos lo tuvieron por tal. Y averiguado bien lo que hizo con talento tan formidable, vino a descubrirse que nada, pero nada, en absoluto)
Pues Reyes nos pareció algo muy parecido a Pacheco y ahora, consagrado como el gran Ministro del que se desprende el Presidente para lanzarlo a la Fiscalía, nos dimos a preguntar por sus últimas demostraciones de talento y eficacia. Y las encontramos, amigos queridos. Y queremos compartirlas con ustedes.

Hace exactamente un año, quedó notificada por edicto una sentencia trascendental de la Corte Constitucional, creando la doble instancia para los llamados aforados, aquellos altos dignatarios del Estado que llevados a juicio no cuentan con ese derecho fundamental. Todo un revolcón constitucional, que ayudará a impedir que en Colombia 5 magistrados de la Corte Suprema de Justicia le causen tanto daño a tantos como el que causaron por odio a los desgraciados que cayeron en sus garras por aquello de la parapolítica. Con una segunda instancia, los magistrados de marras hubieran sido menos injustos y sus sentencias menos inicuas.

Pues la Corte resolvió que ese jueguito de las sentencias no apeladas se acababa y que en un año el Congreso debía cambiar todo el sistema constitucional y legal en la materia. Si pasado el año nada se hubiera hecho, los condenados en única instancia tendrían derecho a apelar y el Estado la obligación de oírlos.

¿Qué hizo nuestro astuto Ministro en la materia? Nada. Nada en absoluto. Y convirtió el problema en un lío de proporciones colosales. Ya lo verán.

Pero esa no fue la única lucida reciente del Ministro Reyes. Porque la misma Corte Constitucional ordenó que nadie puede estar privado de su libertad más de dos años si no tiene sentencia condenatoria que justifique su prisión. Y que si pasados esos dos años la detención subsiste, el reo tiene el derecho a exigir su libertad inmediata. ¡Y los dos años se cumplen en junio próximo!

Un ministro medianamente diligente y modestamente capaz, hubiera movido cielo, mar y tierra para que los jueces se acomodaran a ese plazo y se impidiera el éxodo masivo de presos peligrosos. Pero el doctor Yezid anda en el reino de babia y no hizo nada para evitar la catástrofe y para agilizar los procesos penales.

Se calcula que son 25.000 los que pueblan las cárceles colombianas sin recibir sentencia por más de dos años. Pues ese número, con alguna pequeña rebaja que se le deba a lo que logren los jueces en este par de meses, será el que se despida de las cárceles hacinadas y putrefactas que tiene el Estado. Acto elemental de justicia, nos parece, pero problema de los mil demonios considerada la mora inveterada de la jurisdicción penal colombiana. Y con muchos que no tienen por qué seguir en una cárcel esperando sentencia que no llega, saldrán a la calle miles de maleantes de la peor laya y condición. Y Yezid Reyes no lo sabía, o si lo supo se calló la boca y dejó que las cosas siguieran su curso.

Este es el gran Pacheco que Santos lanza en terna para Fiscal. Imagínese usted los que se nos viene con este prócer como jefe de toda la instrucción criminal del país. Solo imagínelo, lector querido.

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