Por Angela M. Henao F.

Una multitud de manifestantes llenó las calles de las principales ciudades brasileñas este domingo, pidiendo la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff. Los manifestantes se encuentran impulsados por el enojo tras un escándalo de corrupción que ha salpicado a políticos del partido de gobierno, el partido de los trabajadores.

Los manifestantes, vestidos con los colores de la bandera brasileña verde y amarillo gritaban Fuera Dilma y “Es Tiempo de cambio”. Ya la policía ha dicho que estima que unos 275,000 manifestantes marcharon tan sólo en Sao Paulo y que en general al rededor de todo el país salieron unas 700.000 personas. 

La marcha de este domingo fue el segundo día de manifestaciones contra el gobierno en todo el país en menos de un mes. Estas movilizaciones son organizadas por movimientos sociales que usan internet para convocarlas y tienen su caldo de cultivo en el amplio descontento que existe en Brasil con la gran crisis económica y los escándalos de corrupción y el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

Recordemos que por los escándalos de corrupción trece senadores, 22 diputados, dos gobernadores, el tesorero del Partido de los Trabajadores y ex-funcionarios del Poder Ejecutivo son investigados por su presunta participación en una red de corrupción y sobornos en la estatal Petrobras que movió unos 4.000 millones de dólares en la última década.

Y además de los problemas de corrupción Rousseff enfrenta asimismo dificultades en el frente económico, con una economía casi estancada y una inflación que alcanzó el 8,13%. La coyuntura económica ha sido tan desfavorable para la presidenta brasilera  que en recientes sondeos su índice de popularidad se derrumbó diez puntos cayendo a 13%

Las crisis económicas acompañadas de escándalos de corrupción son el pan de cada día de varios países de la región, en especial de aquellos gobiernos más cercanos a la izquierda y ya muchos analistas están a la expectativa observando si Colombia, con su desaceleración económica y la mermelada electoral, seguirá el mismo camino.