PRESIDENTE PARA UNA QUIEBRA

Por: Fernando Londoño

Acaban de nombrar al ex ministro Juan Carlos Echeverri Presidente de la quiebra de Ecopetrol. Y Echeverri aceptó encantado, porque la designación, fuera de la millonada que le pagan, le significa, nada menos, que practicar las dos especialidades en la que se ha mostrado imbatible.

El doctor Echeverri se distingue porque no se da cuenta de las cosas que pasan en torno suyo. Por ejemplo, siendo miembro de la junta directiva de Interbolsa no se dio cuenta de que era el suyo un barco al garete, que hacía agua en vísperas del naufragio. Echeverri, no notó nada, no vio nada, no sospechó nada. Esa es una primera buena condición para el cargo que asume. En Ecopetrol es importante no darse cuenta de las cosas.

En segundo lugar, Echeverri es un buen especialista en repartir mermelada por toda la tostada. En el Ecopetrol de hoy esa es una condición fundamental. Hay que repartir lo que queda, que no es mucho.

Nadie acusaría a la Junta o a la Presidencia de Ecopetrol por la caída de los precios internacionales. Pero lo que ha pasado con la compañía excede en mucho el resultado de esa destorcida. Las demoras desesperantes en el otorgamiento de licencias ambientales; los ataques demoledores contra los oleoductos; la falta de esos tubos tan útiles que se suplen con interminables caravanas de camiones costosos, ineficientes y extorsionados; la lentitud en la ejecución del programa de exploraciones; la ceguera para iniciar en firme el proceso de exploración de petróleos no convencionales; las presiones insufribles de comunidades empujadas por las FARC y por la USO, para exigir, con éxito, carro casa y beca para los moradores y recién llegados a la zona; la indolencia para enfrentar corruptelas que se mantienen encubiertas, son factores que hacen de Ecopetrol una empresa no competitiva y que la empujaron a la triste condición de ser, en el mundo, la que más perdió valor accionario. Y sobre ninguno de esos temas actuará Echeverri. No se dará cuenta de su existencia.

Y ya vimos que se posesionará el primero de abril, ya pasada la Asamblea de accionistas en la que Juanpa y el Ministro Cárdenas le darán jaque mate a las finanzas de la empresa.

Contando con una Junta desconcertante, el Gobierno ordenará el reparto del 70% de las utilidades de la empresa en el 2.014. Sin parar mientes en que el último trimestre del año arrojó perdida de ochocientos cincuenta mil millones de pesos, con petróleo WTI a un promedio de setenta y cinco dólares el barril. El primer trimestre de este año será terrible, con petróleo a cincuenta dólares. Por donde se verá que la Asamblea repartirá los despojos de Ecopetrol. Ya se endeudó en casi dos mil millones de dólares, dicen que para asegurar el flujo de fondos. Mentiras. Para pagar dividendos. Para mantener la Mesa de Unidad Nacional. Para que Juanpa tenga de donde repartir mermelada.

Y una semana después se posesiona Echeverri. Así que podrá decir que nada tuvo que ver con la insensata decisión que quebró la empresa. No fue asunto suyo el tema. Como no lo fue el de Interbolsa, ni la corrupción de la mermelada, ni el haber dejado la Nación sin un centavo de ahorro después de la gigantesca bonanza que tuvo entre sus manos.

Echeverri es el preciso. No se da cuenta de nada y reparte lo que no tiene. ¿Para qué pagaron doscientos millones de pesos en su búsqueda?

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