Por: Roberto Mora

Hemos visto con horror, en medios de comunicación,  crisis humanitarias en varios paises de Africa, que incluso han motivado la intervención de la comunidad internacional a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El caso de Somalia es un buen ejemplo.

Pero ahora la crisis ha llegado a nuestra vecindario, toca a nuestra puerta y parece no importarnos. Los venezolanos, liderados por Lilian Tintori, estan demandando al presidente Maduro que desbloquee la importación de medicinas a ese país. Tintori ha  convocado a expatriados en Miami, Bogotá y Ciudad de Panamá  y ha  conseguido recolectar 100 toneladas  de elementos médicos básicos como jeringas y guantes, que se encuentran almacenados en bodegas esperando los permisos de importación del régimen.

El suministro de medicinas en Venezuela se ha reducido en un 85%, de acuerdo con información de la Federación Nacional de Farmacias. Los hospitales carecen de medicinas básicas como analgésicos y antibióticos. Peor aun, el diario New York Times reporta varios casos de recién nacidos que han muerto en incubadoras por falta de energía eléctrica.

El primer incidente de bloqueo de la ayuda humanitaria ocurrió en Febrero, cuando el gobierno desautorizó una iniciativa del parlamento para incluir a Venezuela en un programa de la Organización Mundial de la Salud, que subsidia medicinas para países en crisis. En Mayo, los aliados de Maduro en el congreso bloquearon una iniciativa de la oposición en el congreso para permitir la importación de medicinas sin autorización presidencial.

Por su parte, la  fundación Caritas declaro que ha intentado en tres oportunidades obtener un permiso de importación para introducir medicinas y comida a Venezuela, y en las tres ocasiones sus solicitudes han sido ignoradas. A propósito de comida, una encuestadora reporta que el 67% de los venezolanos no consiguen hacer tres comidas diarias.

Como sus predecesores comunistas,  Maduro acude a cualquier medio para perpetuarse en el poder, e ignora que la ayuda humanitaria es un derecho. En derecho internacional esta claro que los gobiernos no tienen la potestad de negar una ayuda humanitaria imparcial.  Creemos que es un tema para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.  Ante la injusticia, pretender mantenerse imparcial es tomar partido por la opresión.