El país aplaudió y celebró la valerosa, ecuánime, generosa posición de Óscar Iván Zuluaga después de que le fuera comunicada la derrota, estremecido por dos hechos; uno el del respaldo gigantesco que recibió en las urnas, que fue tal como estaba previsto o inclusive superior y otro por un hecho sorprendente y extraordinario;  y es que todos los cálculos que se pudieron hacer sobre la votación en favor de su candidato rival, el hoy presidente Juan Manuel Santos, resultaron desborrados por un alud de votos que nadie vio en las calles, en las urnas…