El Supremo Tribunal Federal de Brasil, el equivalente a la Corte Suprema de Justicia, aprobó una medida cautelar que le quita la investigación sobre el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva al magistrado de primera instancia Sergio Moro, a cargo del caso Petrobras.

Moro fue quien ordenó que Lula fuera llevado por la fuerza a declarar ante la policía y luego divulgó una polémica escucha telefónica entre el ex presidente y su sucesora, Dilma Rousseff, interpretada como una prueba de que su designación para un cargo ministerial buscaba blindarlo –con fueros– de la Justicia.

La decisión se fundamentó, justamente, en esas escuchas que fueron divulgadas por el juez el mismo día que la mandataria nombró a Lula jefe de Gabinete. Este retiro ha generado mucha incertidumbre por el destino de la investigación. Los jueces del Supremo fueron nominados por Lula y se teme que esto afecte la neutralidad de la investigación. 

Y ha esta incertidumbre se suma una fuerte crisis política. El ministro de Deportes de Brasil presentó su renuncia, informó el jueves la oficina de la presidenta Dilma Rousseff. El Ministro pidió abandonar el cargo justo cuando Río de Janeiro se prepara para acoger los Juegos Olímpicos del 5 al 21 de agosto.

El anuncio también llega en medio de la incertidumbre sobre otros seis ministros, cuyo partido se retiró de la coalición de gobierno el martes. El partido dijo que sus miembros deben renunciar del gabinete.