Por Angela M. Henao F.

El presidente Obama, principal defensor del acuerdo nuclear y representante del grupo de potencias occidentales,  ha dicho que el acuerdo marco con Irán es “una oportunidad que se presenta una sola vez en la vida” y  la ha denominado como “la mejor apuesta” para evitar que Irán construya un arma nuclear.

Por otro lado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha comenzado una campaña mediática con entrevistas en los principales canales de televisión estadounidenses en las que reiteró su empeño en  detener lo que ha denominado como un “muy mal acuerdo”.

Obama no tiene una tarea fácil después de este acuerdo. Las perspectivas de negociación en su país no son favorables. Obama debe empezar a vender el acuerdo y así intentar resolver las posiciones de los legisladores republicanos, mayoría en el congreso, que sostienen que es el Congreso quien tiene que dar la aprobación final. Además debe convencer a varios importantes líderes en el Medio Oriente que ven el acuerdo con escepticismo.

En Irán la decisión se celebró como una decisión histórica. Se presentaron festejos en las calles de Teherán y apretones de manos y felicitaciones en los círculos diplomáticos.

Sin embargo este acuerdo no es el fin de las negociaciones ni tampoco de la controversia. Aún quedan por delante meses de negociaciones y de cruce de opiniones.