Los ejércitos están hecho para combatir

Para darle ambiente a estas palabras, queridos amigos, debo empezar por recordar, como lo recordaré más adelante en Hoy en la Historia, que un día como hoy en el año de 1822 libró la Batalla de Pichincha en la ladera del cerro que tiene el mismo nombre y que es el cerro tutelar de Quito, donde se cubrieron de gloria nuestros hombres, porque muy buena parte del Ejército, era el Ejército colombiano comandado por ese león de la guerra que era José María Córdoba (…), y es posible que se hayan producido muertes de civiles, doloroso, triste e inevitable, que es lo que pasa en cuantas de las guerras. Hay efectos colaterales, no hay ninguna guerra limpia en el sentido en que solamente combatan los ejércitos y que no se produzcan lo que se llama “los efectos colaterales de la guerra”, algunos más duros que otros, unos producidos por simple accidente o por simple efecto de la acción guerrera, y otros producidos por mala fe, con mala voluntad, pero eso es imposible de definir ¿Quién asume los riesgos y los compromisos de unos daños colaterales que se producen en la guerra? Los que declaran la guerra, los que la libran, es decir, es un tema netamente político. Los militares cumplen su deber que es batirse como leones en el campo de batalla, los políticos tienen asumir su responsabilidad por los efectos de mandar un ejército para combatir. Los ejércitos están hecho para combatir…

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