Si se me preguntare cuál es el sentimiento que prevalece en mi alma ante los acontecimientos de ayer, diría que es el sentimiento de vergüenza. Me da pena, me da pena que en mi país se cree si quiera el remedo, porque no es más que el remedo, de una decisión judicial para proteger a un narcotraficante, decisión judicial que además se demora un año entero, no siendo tal una decisión judicial, porque no lo es, eso no es un juicio, eso no forma parte de la función jurisdiccional del Estado, eso es una decisión administrativa que se le hubiera podido confiar a la Fiscalía o la Procuraduría o a cualquier otra entidad (…). Esto es una vergüenza, esto es una locura, como todo lo que viene de atrás, porque no estamos asistiendo a un hecho insólito; todavía nos preguntamos por qué el presidente Duque se dejó coger de sorpresa porque algo que se veía venir desde antes de su posesión, inclusive…