Por Ángela M. Henao F.

Nigeria completó este domingo la votación de sus elecciones presidenciales y legislativas después de que problemas en el sistema electrónico de acreditación y la falta de seguridad obligaran el sábado a suspenderla en 300 colegios electorales.

La jornada electoral estuvo salpicada por muchísima violencia. El grupo terrorista Boko Haram asesinó a por lo menos 41 personas e impidió que cientos más accediesen a las urnas en el Norte del país.

Nigeria es el país más poblado de África con unos 175 millones de habitantes y es la primera potencia económica de este continente. Lastimosamente la violencia ha hecho que el país caiga en una profunda crisis.

El más importante desafío de los comicios celebrados este fin de semana es que no acaben degenerando en violencia entre partidarios de uno y otro candidato, tal y como ocurrió en 2011 con un resultado de 800 muertos. 

Hoy se darán a conocer los resultados de los comicios, los más reñidas en la historia de Nigeria, que se la disputan el actual presidente Goodluck Jonathan, de confesión cristiana -religión predominante el sur, pero minoritaria en el país- y el musulmán y líder de la oposición Muhammadu Buhari, que se presenta por cuarta vez. 

Habrá que ver si los electores le cobran al actual presidente la debilidad que ha demostrado para enfrentar la escalada de violencia del grupo terrorista Boko Haram.