Queridos amigos, lo que ocurrió ayer en el país con el brote del coronavirus es para que nos invite a muy profundas reflexiones porque esto no es un juego. De un día para otro se duplicaron los muertos por coronavirus en Colombia; repetimos, se duplicaron los muertos en Colombia. La ciudad más afectada, y no es para que nos extrañe, resulta Barranquilla. El departamento del Atlántico pone el 3% de la población del país, pero tiene el 50 por ciento de muertos por coronavirus. Ese es el resultado de ese espíritu que tanto hemos exaltado en los momentos en que debemos exaltar, lo jacarandoso, descomplicado, amable de los costeños. Pero la hora del coronavirus no es para la jacaranda, ni para la rumba, ni para los preparativos del carnaval. No, la hora del coronavirus es una hora solemne, eminentemente seria, porque lo que está de por medio es la salud y la vida de los colombianos…