Por: Roberto Mora

Por amor a Dios hombre, váyase. Esta fue la frase que el Primer Ministro Cameron le espetó ayer a Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista que comenzó una sesión en el parlamento preguntándole a Cameron cómo planeaba evitar que las grandes empresas emigraran del Reino Unido hacia otros países de la Unión Europea con acceso al mercado común. Tras varias repreguntas, llegó la respuesta airada del todavía primer ministro.  

Y es que como habíamos informado en La Hora de la Verdad, el partido laborista, si bien en principio estaba comprometido con la campaña por la permanencia, no hizo mayor esfuerzo por la causa. Corbyn, que pertenece al ala más izquierdista de su partido, evito subirse a una tarima con Cameron, gesto que habría proyectado una imagen de unión entre los partidos tradicionales alrededor de la permanencia. Sus críticos le culpan de haber sido timorato y de no creerse de verdad su papel de defensor de la UE y sus instituciones. De hecho Corbyn  ya perdió, con un margen de 75%, un voto de confianza de su partido, pero se aferra al poder aduciendo que fue elegido y tiene un mandato que cumplir. Así que el Primer Ministro debió pensar, como decimos coloquialmente: tras de ladrón, bufón. No solamente contribuye con su inacción al triunfo del Brexit, sino que ahora debo responderle duros cuestionamientos sobre los efectos de esa derrota. Eso explica  su airada reacción.

En el partido conservador, ayer comenzó la carrera por suceder a Cameron. El exalcalde de Londres y defensor de la salida de la Unión, Boris Johnson , que partía como favorito, renunció a su candidatura hace unas horas. Parece que algunos de los líderes del Partido Conservador no quieren presidir el desmembramiento del Reino Unido.  En todo caso,  entre los candidatos se cuentan la  ministra del Interior, Theresa May, que apoyó la permanencia, pero considerada una figura de consenso entre partidarios y detractores del Brexit. El ministro de Trabajo, Stephen Crabb,  el extitular de Defensa Liam Fox, y el Ministro de Justicia Michael Gove, este si,  firme partidario del Brexit.  El que resulte elegido por su partido deberá completar un periodo de  4 años. 

Pero con los dos partidos en crisis, se está discutiendo la posibilidad de anticipar las  elecciones generales en el otoño lo cual, por cierto, dilataría aún más la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa.  Sin embargo, la candidata Theresa May descartó esta posibilidad si es elegida como Primer Ministro.

Es muy triste, pero además de los partidos ultranacionalistas, hay actores internacionales celebrando el Brexit, de acuerdo con información del diario The Independent.  Me refiero a los despiadados y fanáticos terroristas  del Estado Islámico, quienes saludaron el resultado del referendo, que calificaron como una  amenaza a la unidad de los cruzados europeos. Hágame el favor!